La testosterona propionato fue la segunda forma de testosterona sintetizada en el mundo gracias a los laboratorios Schering, a diferencia de su versión anterior (testo en suspensión), el propionato no tenía que ser inyectada tantas veces en el día, lo que suponía una ventaja. Perdió su popularidad cuando surgieron las testosteronas enantato y cipionato que debían ser inyectadas aún menos frecuentemente. Sigue siendo muy popular entre fisicoculturistas pues la retención de líquidos presente con el uso de este tipo de testosterona, es menor que la que ocasionan las testosteronas de liberación lenta. Por esta razón es la opción preferida si la definición muscular es el objetivo.
El uso de esta hormona en cantidades mayores a la producida naturalmente da resultados casi permanentes, más fáciles de conservar que con otros esteroides más fuertes como el dianabol (metandienona). Entre lo que se puede obtener están las ganancias en términos de función muscular, cantidad de masa muscular, fuerza, resistencia, y capacidad para manejar entrenamientos intensos.
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